El presidente, Francisco Bello, considera que “la repercusión en los costes de producción de las explotaciones agrarias y ganaderas va a ser tremendo”

El huracán Kirk, convertido en una fuerte borrasca a su llegada a Galicia, dejó tras de sí infinidad de incidencias y daños importantes en el campo gallego. Las rachas de viento de más de 180 km/h y las intensas lluvias, “afectaron poderosamente a parcelas enteras de maíz en amplias zonas de Galicia”. Así lo explica Francisco Bello, presidente de la Asociación Agraria de Galicia, ASAGA, que afirma que “entre un 50 y un 75% de la cosecha estaba sin recoger cuando apareció la borrasca”.

Los daños causados, considera Bello, “son de mucha importancia y tienen que ser tomados en cuenta” porque, explica, “la repercusión en los costes de producción de las explotaciones agrarias y ganaderas, durante todo el invierno, va a ser tremendo” por lo que “se debería estudiar la posibilidad de habilitar las ayudas que fueran posibles desde las diferentes administraciones”.

Para el presidente de ASAGA, la declaración de zona catastrófica “puede ser una posibilidad para que las ayudas lleguen a los afectados”. En todo caso, explica, “los que tengan asegurada la cosecha, al menos podrán recuperar algo, pero por desgracia son los menos”.

A día de hoy, muchas explotaciones agrarias y ganaderas se encuentran con el problema de no poder aprovechar el maíz que aún queda en el campo. “En el momento de la llegada de la borrasca, el máiz no valía para recoger porque aún no estaba en el punto óptimo, y el que queda está arrasado, las máquinas no lo van a poder recoger”, explican desde ASAGA.

Otros productos como la castaña o la patata de A Limia, también vieron afectada la cosecha por la llegada de la borrasca.

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